'Familia' se corona como la telenovela más completa, romántica, feminista y adictiva de Divinity

Tenía todas mis esperanzas puestas en el estreno de Familia (Aile), la nueva apuesta de Divinity, ¡y no me equivocaba! Lo tiene todo, acción, drama, comedia, romance y una tensión sexual palpable entre sus protagonistas que me han hecho devorar diez capítulos del tirón en una noche. 

Hoy he dormido poco y aun con la resaca del maratón de ayer puedo decir que ha merecido la pena. Los primeros episodios de Familia te dejan con ganas de más. La historia no solo es atractiva, también es muy realista. 

Se abordan temas tan importantes como la salud mental, los traumas personales tras crecer en una familia desectructurada, el amor entre distintas clases sociales y el empoderamiento femenino de una protagonista que se niega a asumir el rol de esposa sumisa en una sociedad como la turca, que aun en el siglo XXI sigue repleta de machismo. 

Kivanç Tatlitug y Serenay Sarikaya bordan sus personajes. Cada escena en la que aparecen es un regalo para nuestros ojos y oídos, se dicen cosas tan bonitas que bien podrían aparecer en las típicas tarjetas de San Valentín que le regalamos a nuestros enamorados (o enamoradas).

"Para nuestra familia esta mesa lo es todo. No puedes destruirla, no puedes abandonarla ni huir de ella. Mi padre decía que los que huyen de esta mesa acaban siendo devorados por los lobos que se quedan". Con estas palabras del protagonista Aslan, interpretado por Kivanç Tatlitug, comienza esta historia de amor entre dos seres humanos que han sufrido demasiado en su infancia y que creen que, unidos podrán superar todos sus traumas del pasado.

La historia de todos los personajes tiene un trasfondo social increíble. Por un lado tenemos a Aslan, patriarca de su familia por obligación y no por deseo, desde que su hermano Cihan fue desterrado del clan tras ser testigo del suicidio de su padre y no hacer nada por evitarlo.

Aslan nunca recibió cariño por parte de sus progenitores y aunque les adora, tiene grandes carencias que se hacen visibles desde el inicio de la trama. "He oído que las familias felices se parecen pero cada familia tiene su infelicidad. En las familias el mal se hace con buena intención (...) Mi padre se mató hace cinco años, es la primera vez que lo digo en voz alta. nunca me felicitó cuando hacía algo bien, aun así yo le quería muchísimo", le dice Aslan a Devin (Serenay Sarikaya) en uno de sus encuentros más románticos.

"A los dos nos han hecho daño. Fuimos dos niños que solo buscaban amor. ¿Podemos curarnos el uno al otro? Tal vez esto no sea buena idea, pero serás la mejor fuera en la que me enfrentaré", concluye Aslan. No lo voy a negar, he llorado viendo cómo esta pareja intenta amarse y curarse a pesar de sus múltiples diferencias. 

La primera telenovela turca feminista que he visto

Y hablo de feminismo en el sentido más estricto de la palabra. Devin, una prestigiosa psicóloga estambulense, lleva toda la vida luchando por labrarse un futuro en un mundo dominado por hombres. Por eso, cuando Aslan la lleva a su casa para conocer a toda su familia, la chispa  de la disputa no tarda en saltar.

Hülya, la matriarca del clan Soykan, invita a su futura nuera a conocer su Fundación, una organización sin ánimo de lucro que ayuda a niños sin hogar. Aslan responde por Devin asegurando que la muchacha no podrá asistir a la cita por temas laborales. "Puedo contestar a lo que se me pregunta", dice Devin, dejando claro que ella puede apañárselas sola la mar de bien.

Y es que Devin es espera en salir de problemas sola. Ha crecido con una madre con trastorno bipolar y un padre narcisista que las abandonó para formar una nueva familia. Además, Devin lleva toda la vida cuidando de su hermana Yagmür, una muchacha con depresión crónica que ha tenido varios intentos de suicidio. El último, de hecho, se ve frustrado gracias a la intervención de Aslan, quien renuncia a asistir a una importante cena familiar por quedarse con Devin en el hospital. 

Por eso, Devin no tiene miedo a enfrentarse a su futura suegra cuando esta le advierte sobre los turbios negocios de la familia Soykan y la complicada personalidad de Aslan. "Ten cuidado, en este mundo no todo lo que brilla es un diamante. No te dejes encandilar por el brillo y acabes hundida como las demás", le dice Hülya, obsesionada con hacer que la relación de su hijo fracase.

Aun así, Devin se arma de valor y utiliza sus armas de psicóloga para dejarle claro a Hülya que no piensa abandonar a Aslan: "Hay madres que adoran a sus hijos, otras que analizan sus vidas, incluso no pegan ojo por las noches pensando en qué estaban haciendo. En Turquía hay un gran número de relaciones tóxicas entre madre e hijo y la causa principal de todos estos problemas es la mentalidad machista y agresiva. La violencia hacia las mujeres y todo tipo de aberraciones similares es culpa de la educación. Hay madres que los crían con este tipo de valores... Menos mal que usted no es de ese tipo de madres" 

Una serie llena de matices

El romance entre Devin y Aslan tiene infinitos matices. Ella, por ejemplo, es una friki de los horóscopos que se lleva las manos a la cabeza cuando descubre que su novio es Géminis. Devin es Leo y su suegra Escorpio, por lo que asegura que chocarán a lo largo de toda la historia. 

Por otro lado tenemos a Aslan, quien insiste en que Devin le haga terapia, hasta que ella le suelta cuatro verdades y acaban discutiendo en el coche tras una cita perfecta. "Sé quien eres y aun así he aceptado salir contigo. Eres lo suficientemente famoso para que hablen de ti a todas horas. El león más fiero, el señor de la familia Soykan. Todos te obedecen, pero yo no lo haré. Comprendo que no hayas superado el duelo por la muerte de tu padre, estás agotado... Pero no eres el único con una familia horrible, tus traumas no te dan derecho a tratar a nadie como una porquería", le dice Devin antes de propinarle un cabezazo en la nariz a su enamorado.

La ficción también aborda otros temas muy polémicos como las denuncias falsas por violencia de género. Y es que Aysel, la examante de Aslan, no supera su ruptura y finge (utilizando maquillaje) que el chico la ha maltratado. Esto creará un punto de inflexión en el clan Soykan. Por un lado, Hülya intentará matarla haciendo que parezca un accidente, por otro, Cihan la salvará y empezará un romance con ella a espaldas de su familia. "¿No te cansas de mendigar amor a todas las mujeres que han estado conmigo?", le dirá Aslan a su hermano en una ocasión.

En las familias, el mal se hace con buena intención

Todos los miembros de los Soykan se enfrentan a sus propios duelos. Por ejemplo, Leyla, la hermana mayor de Aslan, vive atrapada en un matrimonio sin amor. Fue Hülya quien la obligó a casarse con un hombre infiel tras la inesperada muerte de su gran amor, un chico al que Leyla amaba con locura y que falleció a manos de su madre, incapaz de aceptar que su hija saliese con alguien de una clase social inferior.

La abuela de Aslan también libra su propia batalla. Incapaz de asumir el suicidio de su hijo Yusuf, sigue empeñada en que volverá algún día. Incluso le pregunta a Devin cómo puede curar su depresión. "En Anatolya lo llaman agotamiento del corazón. Es lo que tiene mi hijo Yusuf, por favor Devin, hable con él", le dice, convencida de que su hijo sigue vivo.

Por último tenemos al tío de Aslan, un hombre sin escrúpulos que se niega a dejar el negocio en manos de su sobrino. Hará hasta lo imposible por acabar con Aslan, llegando incluso a provocar un atentado en su boda con Devin.

Frases icónicas que hemos escuchado en 'Familia'

"Estoy lo suficientemente enamorado de ti como para protegerte de mi mismo", afirma Aslan, quien se niega a que Devin forme parte de su turbulenta vida.

"¿Es posible que alguien llene el vacío que nuestras familias nos dejan?", piensa Devin cuando se da cuenta de que está perdidamente enamorada de Aslan.

"Elegí ser psicóloga para salvar a la gente de sus propias familias", le dice Devin a su suegra Hülya.